RAZON VITAL | ORGANIZACIÓN FUNCIONAL
Algunos edificios son (o deberían ser) paradigmáticos (por delicados) en la relación espacial – emocional que el usuario percibe (vive) de ellos.
Tal es el caso de la salud, por su especial incidencia en el “bienestar” integral de la persona, y al que el entorno arquitectónico debería colaborar de forma positiva.
Es así como la propuesta define un polícromo paisaje-espacio interior invadido por la luz natural, y contenido en una forma sencilla de piel pétrea, mimética con la arquitectura consolidada de la ciudad de Sa Pobla (piedra calcárea de marés).
La forma origen es un escueto prisma ortogonal de base cuadrada (42,50m de lado; 8,00m de altura), que se va excavando / tallando discretamente para generar vacíos de patios, salas de espera, terrazas o accesos. Todos ellos participando de la “cualidad de paisaje-espacio interior”.
La volumetría exterior es fiel a la forma prismática, limitándose a reflejar en sus “roturas” la organización de los usos y sus requerimientos lumínicos.
El programa completo del Centro de Salud se desarrolla de forma extensiva en dos alturas sobre la rasante, encajado en una base perfectamente cuadrada. Las diferentes dependencias se distribuyen en el perímetro del edificio. Su disposición sigue un esquema de parrilla regular pero flexible, en la que se intercalan 5 patios de esponjamiento: 4 periféricos y 1 central. Un pseudo-corredor en anillo cerrado sigue este patio central para conectar todos los usos y espacios del centro.
Solo la zona de apoyo administrativo y una banda especializada de usos sirvientes (aseos y almacenamiento) que funcionan según un desarrollo longitudinal, gravitan al centro del edificio, adosándose en toda la longitud del patio central.
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