El concurso se  plantea como la Nueva Delegación del Gobierno Central en la Comunidad Autónoma de Cantabria. Con intención de realojar, en condiciones óptimas, los distintos departamentos y servicios ahora dispersos.
El lugar elegido se ubica fuera del centro tradicional de Santander ciudad; y comparte otras instalaciones institucionales (Policía Nacional) en zona próxima a la autopista hacia Asturias.

La parcela, actualmente dividida en dos, está pendiente de algunos desarrollos urbanísticos y la aprobación del Nuevo Plan General de Santander.

Se solicita un proyecto unitario y global de dos edificios a construir en fases distintas, pero adaptados a la división de fincas actual. Al primer edificio, objeto de desarrollo, le corresponde un solar alargado-trapezoidal, de orientación dominante Norte-Sur, y muy encajado en el solar (sup. planta > 80% sup. parcela)

Por condicionantes urbanísticos, para la definición de la propuesta se permite (y es necesario) adosar la fachada Sur a las edificaciones existentes. Pero la “falta de control” sobre las construcciones actuales y su evolución futura es dudosa. Y de manera cierta supone una limitación de luces y vistas en toda la longitud de la fachada al menos hasta la altura de lo existente (Planta Baja y parte de Planta Primera).

Por eso, en el paso natural de trasladar el esquema del garaje (bandas paralelas sobre medianería) a la superficie observamos como en dos tercios de su longitud, la fachada Sur “se separa” de los edificios actualmente existentes: ganamos luz, aire, espacio libre, autonomía formal e independencia para nuestro edificio.

Sobre-rasante esta banda se ajusta en su anchura (13,50m) y acomodo formal (se quiebra); pero esencialmente sigue la huella de lo que sucede bajo-rasante, caracterizándose como un “edificio en desarrollo lineal”, coherentemente con la propia parcela.

La propuesta para el futuro edificio (de similares características) generaliza el mismo esquema compositivo.
En la forma que adopta al implantarse sobre el terreno se pretende generar un “espacio estancial compartido” entre los dos edificios; ganar y abrir espacios libres en el perímetro de la parcela, separándose de los límites de movimiento permitido, para formalizar “áreas verdes de protección –arbolado-“ (frente a la autopista tan cercana, el viento norte, ….); generar un “punto de cierre+contacto” entre los dos edificios, donde disponer una “conexión a nivel” entre plantas

Para ambos edificios (propuesto y futuro)
Una “línea de servicios comunes” que se repite en las tres plantas agrupa los “espacios servidores”: núcleo de escaleras y ascensores; patinejos de instalaciones; aseos; archivos; zonas de espera; sala de reuniones; etc …
Estos “asisten” a los “espacios servidos”: espacios del trabajo (Areas)

Esta disposición nos permite obtener ámbitos generosos en superficie, diáfanos y liberados de toda servidumbre. Lo que facilita y garantiza múltiples configuraciones según las necesidades operativas de las organizaciones que los utilicen.

En el edificio que se propone, la línea de espacios servidores –con menores requerimientos ambientales y espaciales- se apoya sobre la fachada Sur, en longitud según necesidades. Sirve como pieza de transición con los edificios actuales y “previene” de la incierta evolución de los mismos. En efecto, hablamos de lo que parecen ser talleres, garajes cubiertos y descubiertos… Su desaparición, sustitución y/o ampliación no causaría trastornos significativos, ni afectaría –a priori- gravemente la imagen de nuestro edificio así definido.

Aunque los “espacios del trabajo” mantienen todas las orientaciones de uso se busca, especialmente, la luz norte, sus vistas y el disfrute del espacio estancial de la parcela como preferentes.

Los espacios del edificio quedan determinados por sendos “vacíos contiguos” en posición central, ligeramente excéntrica y conectados según una visión diagonal en la vertical.

Uno es un vacío interior de doble altura (pl baja + pl 1ª) sobre el vestíbulo principal.

El otro es un vacío exterior, también de doble altura (pl 1ª + pl 2ª). Una terraza-jardín, que abre un profundo patio en el edificio hacia el Norte, le divide formalmente en dos volúmenes que contienen las actividades principales. En las plantas superiores, estos volúmenes deslizan en horizontal, reorientándose, como cajas mal apiladas, hasta “desencajarse” de la banda principal que los contiene.

Los vacíos están asociados a las zonas más públicas del edificio, junto al núcleo de comunicaciones verticales.

Los cerramientos del edificio (y la imagen de sus fachadas) se ajustan, en su formalización material, según las diferentes orientaciones y el grado de soleamiento.

Las fachadas Este y Oeste son principio y final del edificio; testeros de menor superficie. Se cierran con muros pétreos discretamente perforados.

La fachada Sur, para protegerse del sol, tiene también carácter murario en la “línea de espacios servidores”; pero se abre a la luz en los “espacios del trabajo” filtrando y parando los rayos solares a través de una tupida celosía exterior.

La orientación Norte, por el contrario, es completamente abierta. Y se protege mediante muros cortina de vidrio pautados por la subestructura metálica vertical, intencionadamente apretada y realzada al exterior.