LA COMPOSICIÓN DE LAS FACHADAS COMO RESULTANTE DEL DISEÑO ESTRUCTURAL

Las fachadas y la imagen de los edificios se generan a partir de su propia estructura y la solución de la carpintería exterior (ventanas y contraventanas).

El proceso constructivo se plantea bajo el principio de “fabricar en taller – montar en obra”. 

Fabricar en taller supone un procedimiento mucho más perfeccionado y controlado para todas las fases de diseño, elaboración y resultado final; por tanto, permite un control exhaustivo en la selección de materiales componentes, ajustes de fabricación, geométricos, acabados; optimización de costes;… y muy importante, la centralización (y mejor acotación) de los costes medioambientales para su tratamiento;
Montar en obra es un trabajo básicamente mecánico, lo que significa “seco”. Su definición precisa permite limpieza en la ejecución, un ahorro considerable del “agua” utilizada y mejora sustancial de los tiempos de obra (rendimiento económico).

La concepción “repetitiva” de la propuesta permite limitar (y optimizar) la variedad de piezas componentes.

Los paramentos ciegos acabados exteriores del edificio son resultado de la estructura.
La estructura se plantea a partir de “paneles prefabricados de hormigón armado con carácter portante”, ejecutados en taller. El acabado es con hormigón blanco y árido granítico, tratados al chorro de arena en su cara exterior, para obtener un aspecto pétreo.

Sobre-rasante no hay pilares. Los paneles de fachada  soportan y transmiten las cargas de los forjados. La separación entre viviendas y los testeros procuran los elementos transversales necesarios para el correcto arriostramiento del conjunto.

El enlace panel-forjado se ejecuta con un perfil UPN continuo que cubre el frente del forjado. Se formaliza como un elemento lineal de sombra y ruptura que determina la imagen final en bandas paralelas del conjunto edificado.

Los huecos se plantean como un “panel especializado”. La carpintería es un compacto listo para montar en obra que incorpora las ventanas, el acristalamiento, el capialzado y el jambeado perimetral. El juego formal de las fachadas principales se establece con el cambio de posición de estos huecos, variable según nivel.

Al exterior, la imagen final viene marcada por las contraventanas de lamas deslizantes, elementos de sombra y protección que genera un juego abstracto y cambiante con sus movimientos.