El objetivo primordial de la propuesta de organización de los usos es obtener un resultado formal compacto y claro, que dé lugar a una construcción racional y neta.
El edificio - caja escultórica, alberga los elementos más significativos del programa: la Sala-auditorio principal, escenario y chácena, sala multiusos, con escenario propio, equipada con graderío retráctil y almacen de las salas escénicas.
Los dos grandes usos superpuestos optimizan la relación superficie-volumen-cubierta integrando, además de las instalaciones propias, cabinas de traducción, proyección, aseos, áreas-vestíbulo de entreactos; las dotaciones complementarias solicitadas de salas de reuniones y área de dirección.
El corte del terreno mediante el gran muro quebrado, abre el espacio para levantar el Edificio principal con la necesaria distancia al polideportivo.
Su configuración en altura y la separación con respecto al muro de contención permite liberar visualmente el volumen del bloque con respecto a la montaña, haciendola emerger e independizarse de esta sin denostar su metafórica procedencia.
Es en la separación entre edificio y muro donde se desarrollan los usos más públicos y externos: el gran vestíbulo tangente a la caja y la cafetería. Su cubierta, deliberadamente inclinada de Norte a Sur, salva, discreta y gradual, la brusca diferencia de cotas producida por el corte del terreno.
Los lucernarios rasgan la cubierta en su contacto con el muro e iluminan el interior confinado entre la topografía sesgada de la montaña y la estereotomía alegoricamente tallada de la caja-auditorio.
Los desniveles se salvan mediante amplias y tendidas rampas que facilitan la fluidez de tránsito entre auditorio y sala polivalente.
La diagonal genera la composición del vestíbulo, configura un espacio dinámico de variación en la secuencia de planos, que incide una vez más en la analogía con la canteralabrada, esculpida o trabajada para tender el recorrido arquitectónico.
La escalinata, el atrio y la rampa exterior forman parte de la misma secuencia, regidas por el mismo principio.
La voluntad de la actuación es también constituirse en referencia e hito local, su disposición permite ser recorrido, su ubicación junto a una elevación alude a cierta necesidad de asomarse al entorno. De ahí la aparición del balcón y la terraza enmarcando la visión posible, de las montañas y el paisaje próximo, la comarca y del caserío inmediato de Sabiñanigo en el que se asienta.
Esta propuesta que se hace en nuestro proyecto de azotea - mirador, es un buen complemento a los usos culturales y civicos que se pretenden desarrollar en el centro, y puede servir de un buen acicate para la celebración de actos sociales ligados a las salas de reuniones e incluso al auditorio.
ARQUITECTURA Y MATERIALES
La materialización constructiva del edificio sigue la metáfora de la cantera y su bloque tallado, los materiales de uno proceden de la otra, y su expresividad deriva de la desnudez y limpieza en la ejecución, sin añadidos o revestimientos posteriores. Tanto la caja como la contención del terreno son muros de hormigón visto, in situ, lisos; uncamente abujardados en las caras enfrentadas del auditorio y el vestíbulo, aludiendo a ese cierto desgajamiento y procedencia.
Idéntico material para exterior e interior. Sólo en las grandes salas del auditorio y la sala polivalente se revisten de una piel interior maderera, acorde con las necesidades de confort acústico.
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