DE LA MÁS LARGA MEMORIA |
El edificio debe ser referente institucional. Pero al mismo tiempo cercano y abierto a la ciudadanía. Participativo, ágil en su funcionamiento … El archivo=memoria adquiere, así, todo el protagonismo formal.
El archivo=memoria (monolito horizontal, cofre hermético) se apoya sobre un pódium=basamento que realza su singularidad. He aquí el esquema formal básico.
Se propone un edificio, básicamente, de hormigón y vidrio; de aspecto sólido y expresividad constructiva; unas cajas neutras de muros de hormigón visto blanco con encofrado de tablilla.
Su implantación en la parcela y la concreción del edificio son respuestas sensibles a la topografía de la misma (fuerte desnivel de aprox. 7m); la relación con la ciudad; y con el entorno inmediato construido, formalmente anodino pero vivo, para mantener un diálogo de volúmenes-distancia lo más equilibrado posible, sin perder autonomía y singularidad.
Procedemos a excavar la práctica totalidad de la parcela, dejando suaves taludes ajardinados en el perímetro que sigue los viales públicos; y generamos una plataforma horizontal, en cota rebajada (a nivel del vial de acceso norte) sobre la que asentar el pódium – espacios de trabajo. Pódium que según la dirección norte-sur, a medida que el terreno gana altura, irá ocultándose hasta desaparecer y dejar flotando, ingrávida, la caja de la memoria.
La memoria archivo ocupa una posición de centralidad en todas las alturas: singular en el monolito; como núcleo en las plantas inferiores, del pódium. Alrededor de él, en los niveles inferiores, se disponen el resto de los usos, colocados según bandas de proximidad-permeabilidad al espacio público exterior.
Al Este, la superficie muraria del archivo se perfora en toda su altura para abrir un gran vacío –patio cubierto, vestíbulo- que relaciona espacialmente todos los ámbitos del edificio, y que aloja los usos divulgativos, de actividades externas y representativas (exposiciones; salón de actos; aulas; descanso; etc…)
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