Integración/convivencia no destructiva de la solución arquitectónica con aquellos restos arqueológicos que puedan ser de interés; o que puedan constituir dentro del conjunto edificado un “elemento formal” de singularidad.

Y esto, por el compromiso que pueda tener para el correcto funcionamiento e integración del edificio la operación de “vaciado” de buena parte de la planta baja, y el consiguiente traslado de las actividades más públicas a las plantas superiores.  Operación extrema que solo cobraría sentido ante el valor excepcional de los restos y acompañado de un programa de estudio sistemático, muestra y visita regular futura de los mismos; … en definitiva un “edificio adaptado a los hallazgos arqueológicos”.

Los sectores excavados parecen haber seguido unos vestigios de estructuras lineales preexistentes que (aparentemente) dejan unos vacíos entre ellas.
El propósito de este edificio es aprovechar la “fuerza formal” de estas direccionalidades (“vectores”) para disponer unas formas cuya organización volumétrica refuerza y resalta la presencia de las estructuras hasta ahora enterradas.
Volúmenes que “flotan” levemente sobre el campo arqueológico.

FORMALIZACION ARQUITECTONICA

La definición del edificio no se debe únicamente a la existencia de los restos arqueológicos. Su posición en el entorno urbano y la ciudad es determinante.
Con una fachada principal hacia la Avda. de Andalucía –el eje de penetración a la ciudad histórica- de casi 90m de longitud en el arranque de la misma; definiendo la esquina con la Plaza de La Constitución, en el entorno de la Puerta y la Muralla.

Formalmente el edificio se divide en dos zonas diferenciadas pero en continuidad:

- Una forma de trazado más irregular … o “singular”, si se prefiere, hacia el espacio abierto (y un tanto desestructurado) de la Plaza de La Constitución y su entorno. Surgida del azar y una cierta interpretación de los restos arqueológicos, que se consideran;
- Otra forma más regular … o “clásica” que continua la línea de edificación y fachadas de la Avda. de Andalucía. En la planta baja esta zona desarrolla los espacios más públicos y de relación.

El elemento que articula ambas zonas es el núcleo compacto donde se aglutinan las  comunicaciones verticales y los espacios de servicio del edificio.

Alrededor de este núcleo se organizan “alas” (= bandas) de uso de 15m de anchura y longitud variable en disposición, básicamente, radial respecto al mismo;

La volumetría es neta y rotunda; de prismas severos que se elevan hasta la máxima altura permitida para completar el extenso programa solicitado; que dejan su expresividad formal a la distribución “irregular” de los mismos y a las soluciones constructivas y materiales de sus fachadas; donde se busca compatibilizar su fuerte vocación urbana con una respuesta climática adecuada.

La orientación de las fachadas de más impronta urbana y reconocibilidad (hacia la Avda. de Andalucía y la Plaza es oeste/sur-oeste dominante.
Se propone una fachada de profundas crujías abiertas, umbrosas; regular y silenciosa.
Dominada por los vacíos y la distribución pautada de los paneles que la conforman. Con una planta baja a modo de zócalo robusto discretamente perforado; y los testeros extremos de fuerte severidad muraría.

En el resto de las fachadas, hacia la calle Acacias y el patio interior, dominan las orientaciones Este/Sur-este.

Las fachadas se cierran mediante un sistema de “doble fachada ventilada” (fachada de doble piel) que dejan en su interior paneles perforados, acabados en colores básicos y distribución “aleatoria”, para control solar.